NOCHES FILARMÓNICAS. DANIEL CARMONA 2020

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EL PIANISTA DANIEL CARMONA PRESENTÓ, EN NOCHES FILARMÓNICAS, SU CONCIERTO "HISPANIA I"

El 29 de febrero, tuvimos un concierto de un pianista manchego con sangre egabrense por parte materna, Daniel Carmona Gómez, nacido en Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Ha hecho sus estudios en el Conservatorio de su ciudad natal y los superiores en el Conservatorio de Salamanca. Como concertista ya ha actuado en casi toda la geografía nacional y en varios sitios del extranjero, donde seguirá este año.

En Cabra, concretamente en el Centro Filarmónico, es la cuarta vez que lo pisa. Se va haciendo un pianista excelente, de altura, como demostró en este concierto, en el que nos puso una serie de obras de compositores españoles de diversas épocas y estilos, que las hizo con total pulcritud y sonoridad pianística.

Previa presentación del artista por el presidente del C.F.E. apareció Daniel entre aplausos.

Tomó la palabra para presentar su concierto, que estaba basado en un Proyecto que está realizando de “Investigación de la Música Española desde el siglo XVI hasta la contemporánea”, denominado HISPANIA, del que iba a hacer el primer programa.

 

Comenzó con un “Preludio para aprender la llave de la modulación” de un manuscrito aparecido recientemente y siguió con “Cuatro Sonatas” del padre Antonio Soler (1729-1783), introducidas con unos fragmentos literarios dichos por el pianista, de diversos escritores y obras (aquí se limitó a Cervantes). Las sonatas que interpretó fueron: en sol menor R-87; en sol menor R-42; en FA # MAYOR R-90 y en fa # menor R-88, sin solución de continuidad, en las que el barroco primó, así como la ejecución.

Después de Enrique Granados (1867-1916) del Cuaderno II de “Goyescas” tocó “Quejas o la Maja y el ruiseñor” y “El Amor y la Muerte”. Dijo Daniel que las letras son de Juan Valera, coetáneo de Albéniz y Granados, de su novela “Pepita Jiménez”. La belleza de la música para piano de Granados, la puso Daniel en el teclado en estas dos piezas muy conocidas, en un decir exacto y con pasión.

Siguió Federico Mompou (1893-1987), otro de los cuatro compositores catalanes que han configurado este concierto, con “Cants Magics” (1919) que es una obra inspirada en la poesía mística, en la actitud contemplativa y en el sonido y en la resonancia de las campanas. Leyó un poema suyo “Soledad”, pues era considerado el poeta musical. La hizo con dulzura y meticulosidad sacando del piano sonidos limpios, pese a su oscuridad, por los temas que trata.

Para finalizar, de Isaac Albéniz cogió su famosa “Suite Iberia”, obra cumbre del piano, compuesta de 12 piezas, casi todas sobre Andalucía. Él hizo el Cuaderno II, con ”Rondeña” (mezcla de los llamados géneros de ida y vuelta a América), “Almería” (sobre la copla andaluza y toque de impresionismo francés) y “Triana” (sevillanas). Leyó también “Epitafio” de García Lorca, para la tumba de Albéniz, cuando conoció la muerte de su amigo. Esta obra difícil para el teclado Daniel la solventó con una gran ejecución.

Los aplausos no faltaron en todo el concierto, pues nuestro paisano tocó maravillosamente bien el Kawai del C.F.E. ante un público rendido por la belleza del sonido que le sacó. Las palmas siguieron y nos hizo dos bises, “Canción y Danza nº 6” de Mompou, obra de melodía deliciosa y a la vez alegre y rítmica en su parte 2ª y la “Sonata en RE MAYOR de Soler. Muchos aplausos a los que correspondió el pianista con saludos. El presidente del C.F.E. agradeció al concertista su actuación y le entregó como obsequio una lira, símbolo de esta Casa, con lo que terminó esta noche.

Rafael Nieto López.