NOCHES FILARMÓNICAS. JOSÉ LUIS ARRABAL 2018

Última actualización el Miércoles, 11 de Marzo de 2020 19:43 Escrito por Administrator Martes, 27 de Noviembre de 2018 20:16

Fotos cedidas por D. Manuel González Durán

IMPECABLE ACTUACIÓN DEL PIANISTA JOSÉ LUIS ARRABAL, EN LAS NOCHES FILARMÓNICAS DEL CENTRO FILARMÓNICO EGABRENSE. 23 DE NOVIEMBRE DE 2018.

Tras la restauración a que ha sido sometido en la casa LEONÉS de Jaén, el piano “KAWAI” del Centro Filarmónico Egabrense, que ya es casi “cincuentón”, pues se adquirió en 1975 con la ayuda principal (no total) del Excmo. Sr. D. José Solís Ruiz, quien fuera Ministro de Trabajo por aquel entonces, se ha programado unas Noches Filarmónicas, para la presentación oficial de la restauración, con un Concierto a cargo del pianista egabrense José Luis Arrabal Maíz, quien hizo una impecable actuación de su programa, con una primera parte de música francesa (Debussy) y una segunda española (Granados y Falla).

El Salón de Conciertos del Filarmónico, tuvo su centenar de butacas completas, pues había expectación por escuchar a José Luis (que últimamente lo hemos visto acompañando a nuestro Carlos Martínez Arroyo, violinista, actualmente cursando estudios en la “Manhattan School of Music” de Nueva York) y ver la restauración del piano (ya se había utilizado últimamente en dos Noches Filarmónicas, en las que las manos del joven montillano Pablo Márquez y del manchego de origen egabrense, David Carmona, han certificado su buena reparación, en sendos conciertos), fue lo que trajo esta noche al público a la Casa de la Música egabrense.

Comenzó el Presidente de la Casa, Manuel Molina Jiménez, dando las gracias a los asistentes a este concierto, por la Festividad de Santa Cecilia, e invitó a que subiera al escenario a Fernando Chicano Martínez, organista-pianista lucentino, que iba a hacer entrega al C.F.E. del 2º volumen de las obras musicales de su padre (editado por la Diputación Provincial) Fernando Chicano Muñoz (el Conservatorio Profesional de Lucena lleva su nombre), como ya se hiciera con el anterior volumen. Dijo Fernando que creía era el momento idóneo hacer esta segunda entrega, en este concierto, porque el pianista actuante, José Luis Arrabal, había tenido una intervención directa en la obra, realizando la maquetación de la misma. Muchos aplausos.

Después el presidente Molina hizo una pequeña historia del piano y leyó el currículo del pianista del que resumo el mismo.

José Luis Arrabal Maíz, natural de Cabra comenzó los estudios de piano de la mano de José García Moreno en el Conservatorio de su ciudad natal. Posteriormente completa su formación en los Conservatorios Superiores de Córdoba y Granada con las máximas calificaciones y Premios de Honor.

Ha recibido clases magistrales de importantes pianistas. Su actividad concertística le ha llevado por diversos puntos de la geografía española participando en recitales y ciclos monográficos. Su colaboración con el Coro del Conservatorio de Lucena le permitió el pasado año participar en el estreno de la obra “Tango Credo” de Martín Palmeri en el “Lincoln Center” de Nueva York. Como docente ha sido invitado por diversos centros musicales para impartir Cursos de perfeccionamiento.

Actualmente es profesor numerario de Piano y Vicedirector del Conservatorio Profesional de Música “Maestro Chicano Muñoz” de Lucena.

Comenzó el Concierto con la música del francés Claude Debussy (1862-1918) impresionista y aunque al compositor no le gustaba el término creó impresiones, sonidos nuevos nunca escuchados, con sensaciones oníricas. Se demuestran en su ópera dramática “Pelleas et Melisande”.

Lo primero que se escuchó fue “Preludio nº 5 Libro I “Les collines d’Anacapri”, música alegre, con sonido italiano y pinceladas de “tarantellas”.

Siguió “Nocturne”. Es piano romántico que va de graves a altos donde apreciamos la calidad y afinación del piano. Obra no impresionista. Buena interpretación de José L. Arrabal.

“Suite bergamasque” L. 75: Mov III “Clair de lune”. Es el movimiento más famoso de esta suite y muy difícil. Para triunfar los pianistas, como hizo Arrabal.

“Pour le piano” obra de forma clásica con escalas, ambigüedad tonal.

I. Prelude. Se hicieron aplausos al final.

II. Sarabande. Muy conocidos sus temas y bien dichos. Otra vez aplausos.

III. Tocata. Con gran virtuosismo en la música de Debussy. Arpegios, glisandos. La perfección fue total. Bravos finales juntos a muchísimas palmas.

Tras un pequeño descanso pasamos a sonidos españoles.

De Enrique Granados (Lérida 1867-Canal de La Mancha, donde murió con su esposa, al ser torpedeado en la 1ª Guerra Mundial por un submarino alemán, el barco que los traía de América, dejando 6 hijos huérfanos) escuchamos al excelente pianista Arrabal, en el “Fandango del Candil” de la Suite famosa y ópera “Goyescas” del músico catalán, en la que hizo una exhibición de técnica pianística.

Manuel de Falla (Cádiz 1876-Alta Gracia-Argentina-1946) puso en este concierto dos obras, del nacionalismo español.

“Cuatro piezas españolas” I. Aragonesa. II. Cubana. III. Montañesa. IV. Andaluza., con los rasgos típicos del repertorio de España. Hizo José Luis una interpretación preciosa de estos ritmos, basados en el folclore popular, sin interrupción de palmas, sólo pequeños intervalos. Se lució.

Por último, ya viviendo Falla en París escribió la “Fantasía Bética” en 1919, a petición de Arturo Rubinstein, nada más y nada menos y logró en ella la cumbre de su piano y una de las páginas más hermosas de toda su música. Es una pieza difícil de tocar y Arrabal hizo de todo, dio una lección de buen hacer, como todo su concierto que fue tan perfecto, sin faltas ni errores que no admitió el más mínimo reproche.

Los aplausos y bravos no faltaron en cada una de sus intervenciones, fruto de un trabajo preparado con esmero.

Como bis, para no romper con la sonoridad de Debussy nos regaló “Reverie” que bordó.

Y al piano un ¡bravo¡ también por su comportamiento en toda la noche.

Tras finalizar el concierto, el Presidente del C.F.E. le agradeció su intervención y le obsequió con el nuevo icono de la Casa para los participantes en Noches Filarmónicas, una preciosa lira.

Rafael Nieto López.